Discursos que
celebran los derechos conquistados, las batallas ganadas; recuerdos dolorosos de los GOLPES recibidos a la democracia
alguna vez arrebata.
Bandera
compartida por la lucha inquebrantable por los derechos humanos, por la vida. Por
la vida en democracia...
…Por la
democracia, la igualdad, la justicia y la equidad. Bandera de Lucha por un “para todas y todos” real...
...Esa
misma lucha por unos otros tantos que, muy probablemente, no hayan festejado porque estaban haciendo lo de todos los días…eso de
conquistar lo supuestamente adquirido…
…Y a ellos elijo yo aferrarme. A ellos
y a esa indignación que genera lo desigual, lo
injusto…y me abrazo a la indignación como impulso para seguir peleando por la construcción de
un mundo justo y equitativo...
Y en
eso, vuelvo a elegir una y otra vez, ser y hacer Trabajo Social...
Porque
en la fuerza, en la lucha, en las transformaciones, en las revoluciones cotidianas de aquellos que
no necesariamente son “todos y todas” se encuentra lo esencial para seguir
apostando a construir eso que se
proclama y dícese llamar derechos humanos.
Porque
es en esa mirada que busca y se (te)
reconoce, en esos sueños que no se desvanecen aun en las peores pesadillas y
tormentas, en ese creer y apostar a un mañana incansable, en ese abrazo que
encuentra, en esa palabra que enseña, en esa esperanza que aun brilla…es dónde
uno reafirma la convicción de que aún se puede, de que es posible…
…Y
los ideales devienen en discursos, los discursos en acciones, las acciones en
pasos, y los pasos se encuentran acompañados de otros tantos…otros con quienes andamos
en la misma dirección, con quiénes seguimos marcando y haciendo el camino…un
camino hacia y en la construcción de un
mundo mejor.
"Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar
con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no
tuviera necesidad de soñarlas".
Martín Luther King.
Día de los Derechos Humanos. “Día de la
democracia”. Día del Trabajador/a Social.
...Se hace necesario
volver a aquellos lugares en los que uno
se reencuentra con uno, con los otros, con los encuentros…
…los encuentros que
pretenden des-cubrir esos espacios en
los que el aire huele a primavera… esos que pintan de verde del andar, un verde que es algo más, que tan sólo esperanza y utopía…
Y en eso, las primaveras son una oportunidad privilegiada
para recordar aquello de “podrán cortar
las flores…” y resurgir, renacer, florecer…siempre.
Y entre “fresias
y jazmines”, acá estamos, volviendo a aquello de respirar primaveras…
Por lomágico de los encuentros y por la magia que encuentra;
Por los pasos dados, el camino recorrido y el andar compartido;
Por las batallas, no todas ganadas, pero siempre peleadas;
Por las revoluciones cotidianas y por las otras -las grandes-, por las cuales nos levantamos día a día;
Por la amargura y la indignación que nos genera lo injusto, porque significa que todavía sentimos y vivimos los ideales…
Por las palabras precisas, el silencio necesario y el intercambio ineludible para seguir siendo;
Por las “gentes” que están, por las que llegan, por las que se van, por las que pasan y, sobretodo, por las que se vuelven imprescindibles.
Por los amores, los desamores, las alegrías y los dolores;
Por las heridas, las cicatrices, las marcas… las que obligan a reencontrase y reconocerse para curarse…y salvarse.
Por las decepciones…porque implica que seguimos confiando;
Por los aciertos, por los desaciertos, por seguir intentando…
Por los logros, los proyectos pendientes; Por los delirios, las utopías…
Por esas miradas que no permiten perderse…por perderse porque es necesario encontrarse;
Por los “gestos nobles”, por los abrazos...esos que llegan al alma;
Por la mano tendida, las sonrisas regaladas y la felicidad que se disfraza de instantes…
Por vos, por mí, por “más” nosotros…porque podemos brindar y brindar(nos).
“…Y supieron mirar a los otros que los miran mirar. Y todas las miradas aprendieron los primeros hombres y mujeres. Y la más importante que aprendieron es la mirada que se mira a sí misma y se sabe y se conoce, la mirada que se mira a sí misma mirando y mirándose, que mira caminos y mira mañanas, que no se han nacido todavía, caminos aún por andarse y madrugadas… por parirse.”
(“La historia de las miradas”, Subcomandante Marcos)
¿Quién sabe cuándo, cómo y dónde?, ¿quién quisiera saberlo?
Ella sentencia, arremete y se va.
Tan distintos todos, pero tan iguales ante ella…
Quizás ella sea la única absoluta certeza de la vida…
Quizás se trate de otros vuelos, de otros andares, quizás sea sólo un estado más…
Quizás sean los días que se vuelven fechas…
Las fechas que materializan ausencias…
Y otra más…
Y un sentir bien diferente, un camino que nos cruzó hace algún tiempito nomás de la mano de roles distintos… Un andar compartido sumamente desafiante, cargado de aprendizajes y saberes mutuos…de resistencias y logros, de rupturas y avances, de deconstruir y construir (nos) una y otra vez…de aguantarnos y no matarnos en el intento…
Una partida que lejos de la melancolía, me reencuentra con la satisfacción de habernos sabido huella en el camino de la otra…
…Un camino que a vos te permitió empezar a reconocerte como capaz, aun con las limitaciones que implica una discapacidad…y un camino que a mí permitió potenciar la convicción, que aun con limitaciones, siempre se es capaz…
“Soy una nube blanca”, me dijiste alguna vez…quizás hoy lo seas…
"Mientras vas de camino y te empujan los vientos Y te empapa la lluvia, y el sol quema en silencio Sentirás que la vida tiene su movimiento Obedece a su ritmo que te lleve su aliento... Cada instante es tan frágil y a la vez es tan fuerte No vivir de rutinas, celebrar cada encuentro saborear que lo simple está lleno de eterno".